04 de septiembre de 2024

Clasificación de los seres vivos

La vida en nuestro planeta se manifiesta en una asombrosa variedad de formas y estructuras. Esta diversidad es el resultado de distintos tipos de organización celular, así como de la especialización en tejidos, órganos y sistemas que presentan los seres vivos.

Ante esta enorme diversidad, surge la necesidad de desarrollar herramientas que nos permitan entender y comunicar de manera efectiva sobre los seres vivos. Aquí es donde aparecen dos conceptos clave. En primer lugar, se requiere un sistema de nomenclatura internacional, que nos permita identificar y referirnos a cada organismo de manera precisa. Este sistema ayuda a evitar confusiones y asegura que, sin importar nuestro idioma, todos podamos hablar sobre las mismas cosas.

En segundo lugar, la clasificación se convierte en una herramienta esencial. Clasificar a los seres vivos según sus similitudes facilita enormemente el estudio de la vida en todas sus formas. Gracias a esta clasificación, podemos identificar patrones, comprender relaciones evolutivas y explorar las maravillas de la biodiversidad.

Tanto la nomenclatura como la clasificación son las herramientas que nos permiten explorar y entender el fascinante mundo de la vida en la Tierra.

Nomenclatura de los seres vivos

En 1735, el naturalista sueco Carlos Linneo introdujo un sistema de nomenclatura destinado a identificar y clasificar las especies. Este método, conocido como sistema binomial, implica el uso de dos nombres: uno para el género y otro para la especie y es el sistema que utilizamos en la actualidad.

Tal y como propuso Linneo, el nombre que recibe cada especie lo conocemos como nombre científico y consta, de dos partes: el nombre genérico y el epíteto específico. A los nombres científicos debemos escribirlos siempre en cursiva (solo cuando no sea posible usar la cursiva escribiremos con subrayado). A la inicial del nombre genérico la escribimos siempre con mayúscula, mientras que al epíteto específico lo escribimos con minúscula. Por ejemplo, el nombre científico del puma es Puma concolor y el del cóndor es Vultur gryphus. Junto al nombre científico se suele agregar una abreviatura que corresponde al autor que describió por primera vez el taxón, por ejemplo Culcitium canescens Humb. & Bonpl., planta descubierta por Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland en 1808.

Los nombres científicos de los taxones que se encuentran en categorías taxonómicas superiores a la especie son uninominales, es decir están compuestos por una sola palabra. No se suelen utilizar cursivas para familias ni rangos superiores.

Al nombre genérico lo podemos utilizar por sí solo, esto cuando hacemos referencia al colectivo de especies que pertenecen al mismo género. Por ejemplo, tanto el caballo como la cebra pertenecen al género Equus. Sin embargo, el epíteto específico no puede ser utilizado sin el nombre genérico. De hecho, existen especies que tienen el mismo epíteto específico y no tienen ningún parentesco como Atelopus ignescens, el jambato negro, anfibio emblemático de los Andes ecuatorianos; y Megachile ignescens, una abeja cortadora de hojas nativa de Australia. Al epíteto específico lo solemos utilizar para indicar alguna característica de la especie; en este caso, ignescens que significa “llamear”, por el color rojo naranja del abdomen. Otro ejemplo es el epíteto "sativa" que se utiliza comúnmente en nombres científicos de plantas para indicar que la especie ha sido domesticada y se cultiva de forma regular como la lechuga (Lactuca sativa), la alfalfa (Medicago sativa) o la avena (Avena sativa).

La primera vez que escribimos el nombre científico de una especie, debemos escribirlo completo, pero si repetimos el nombre en el mismo contexto y no puede haber lugar a equivocación, podemos acortar el nombre indicando únicamente la inicial del nombre genérico. Esto simplifica la escritura sin perder la identificación única de la especie en cuestión. Por ejemplo: el oso de anteojos, Tremarctos ornatus, es la única especie de oso presente en Sudamérica; en Ecuador habita en bosques nublados y páramos. El número cromosómico de T. ornatus es de 52, mientras que los osos de las subfamilias Ailuripodidae y Ursinae poseen 42 y 74 cromosomas respectivamente.

En algunas ocasiones, una misma especie puede estar formada por poblaciones muy similares genéticamente, pero con alguna diferencia. En este caso, hablamos de subespecies. Por ejemplo, los frailejones, Espeletia pycnophylla que consta de cinco subespecies, de las cuales en Ecuador destacan: Espeletia pycnophylla subespecie angelensis, presente en el páramo de El Ángel y, Espeletia pycnophylla subespecie llanaganatensis, del páramo de los Llanganates.

La abreviatura "sp." significa "especie", se utiliza cuando no estamos seguros de la especie concreta o cuando se habla en términos generales sobre el taxón. Por ejemplo, si se menciona Geranium sp. se está haciendo referencia una especie no determinada del género Geranium. En tanto que la sigla "spp." es plural, significa "especies" y se utiliza cuando se hace referencia a varias especies del mismo género, por ejemplo: Bombus spp. se refiere a varias especies de abejorros del género Bombus.

Las abreviaturas "cf." (compara con), y "aff." (afín) se utilizan para indicar que la identificación de la especie no está completamente segura, pero hay similitudes o afinidades con la especie mencionada. Por ejemplo, Lobelia cf. tenera se refiere a una planta del género Lobelia que se asemeja a la especie tenera, pero con cierta duda sobre su identificación exacta.

La abreviatura "sp. nov.", del latín "species nova", se utiliza para indicar que la especie es nueva y está siendo descrita por primera vez en la literatura científica. Por ejemplo, esta expresión se utiliza en el artículo donde se describe una nueva especie de anfibio, descubierta en 2024 en Ecuador: Rhinella bella sp. nov.

El sistema binomial de nomenclatura científica permite, además de identificar a cada especie con un mismo nombre en todo el mundo, ayudar a la clasificación en distintos grupos o categorías conocidos como taxones. De esta forma, un grupo de individuos de géneros similares pueden agruparse dentro de la misma familia, e individuos de familias similares dentro del mismo orden. Siguiendo este patrón, se encuentran los taxones de clase, filo, reino y dominio.

En la actualidad, los científicos emplean diversas técnicas y recursos en sus investigaciones, que van desde la inspección visual del material hasta el análisis del material genético. El objetivo es construir clasificaciones que reflejen fielmente los parentescos entre las especies y reproducir su evolución. Este proceso se conoce como estudio filogenético.

Los dominios y reinos de los seres vivos

Según la clasificación más usada en la actualidad, el taxón más amplio es el de dominio. Tal como propuso Carl Woese a partir de la secuenciación de ARN, distinguimos tres grandes dominios: Bacteria, Archaea y Eukarya. Los dos primeros corresponden a organismos procariotas y el último a eucariotas. La categorización taxonómica por reinos no se emplea en la clasificación de procariotas (Archaea y Bacteria), donde solo se utiliza la agrupación en dominios. En consecuencia, en la actualidad, el sistema de reinos se limita a los organismos eucariotas, divididos en cinco reinos animales (Reino Animalia), plantas (Reino Plantae), hongos (Reino Fungi), protozoos (Reino Protozoa) y algas (Reino Chromista).

Publicado el septiembre 4, 2024 05:28 TARDE por marceloamores marceloamores | 0 comentarios | Deja un comentario

03 de marzo de 2024

Problemas taxonómicos

El nombre científico de una misma especie puede sufrir modificaciones como parte del proceso de desarrollo en la taxonomía y la clasificación biológica. Algunas razones comunes para cambios en el nombre científico incluyen:

Reevaluación taxonómica: A medida que avanzan las investigaciones y se obtienen nuevas evidencias, especialmente a través de técnicas modernas como el análisis genético, los científicos pueden reevaluar las relaciones entre especies y géneros, lo que podría llevar a cambios en la clasificación.

Lectotipificación y tipificación: La selección de un tipo (lectotipo) para una especie es una parte crucial de la nomenclatura. Diferentes investigadores pueden interpretar los materiales de tipo de manera diferente, lo que lleva a la designación de diferentes tipos y, por lo tanto, a cambios en el nombre.

Sinonimia y cambios de género: La revisión de géneros y la reubicación de especies en nuevos géneros pueden resultar en cambios en la nomenclatura.

Correcciones de errores: Se pueden realizar correcciones en la nomenclatura para rectificar errores o malentendidos previos en la identificación de especies.

Ejemplos de cambios taxonómicos

Werneria es un género de plantas típicas del ecosistema páramo. En 1818, Kunth describió el género Werneria sensu lato (en el sentido amplio), incluyendo seis especies que ahora se consideran pertenecientes a dos géneros separados. En la descripción original, Kunth no designó un tipo (especimen o ilustración) para el género. La descripción genérica abarcó los caracteres de todas las especies descritas, lo que generó ambigüedad en la aplicación del nombre del género.

En 1997 Vicki Funk, una botánica estadounidense, lectotipificó el género Werneria sensu stricto (en el sentido estricto) con Werneria nubignea, es decir estableció esta especie como típica del género. La lectotipificación es un procedimiento en nomenclatura botánica que implica la designación de un tipo para un taxón cuando la designación original del tipo es insuficiente o ambigua. El tipo es una colección o ilustración de una planta que se elige como representante del nombre de un taxón, y esta designación es crucial para establecer la aplicación correcta del nombre.

Funk también separó especímenes distintos del resto del grupo. Estos especímenes excluidos los ubicó en un género al que llamó Xenophyllum. Para el tipo de Xenophyllum usó Xenophyllum dactylophyllum.

Pero, en un estudio en 2022 se descubrió que antes de la revisión de Funk en 1997, Rockhausen ya había lectotipificado Werneria en 1939, seleccionando Werneria rigida como la especie tipo. Esta publicación probablemente no fue revisada al cambiar la ubicación del tipo, de Werneria rigida, a Xenophyllum rigidum, creando un sinónimo genérico innecesario. En consecuencia, para términos nomenclaturales, todas las especies que Funk reconoció y clasificó dentro de Xenophyllum deberían considerarse, en realidad, como pertenecientes al género Werneria.

Entonces, ¿qué ocurre con las especies que Funk designó como Werneria? Es decir, aquellas que no excluyó a Xenophyllum. Para resolver este problema se creó el nuevo género Rockhausenia en honor a Rockhausen.

Como resultado, lo que anteriormente se conocía como Xenophyllum rigidum fué reclasificado como Werneria rigida, mientras que lo que solía denominarse Werneria nubigena ahora se identifica como Rockhausenia nubigena. De esta manera se reclasificaron el resto de especies.

Las expresiones "sensu lato" y "sensu stricto" son utilizadas para indicar diferentes alcances en la aplicación de un nombre taxonómico. "Sensu lato" se traduce como "en el sentido amplio", y en el ejemplo es utilizado para indicar que el género es polifilético, es decir agrupa de manera artificial más de un linaje. En contraste, "sensu stricto" se traduce como "en el sentido estricto", indicando que se hace referencia al mismo linaje.

En otra investigación, también de 2022, se determinaron cambios taxonómicos que implican al grupo de plantas conocido como Monechma, en el África subsahariana. El estudio, basado en evidencia filogenética molecular, reveló que Monechma sensu lato, era polifilético, dividiéndose en dos linajes distintos, por lo que se propuso reconocer estos grupos como géneros separados.

El lectotipo de Monechma, M. bracteatum, resultó formar parte de un pequeño linaje de plantas estrechamente relacionadas al género Justicia y su nombre válido más antiguo es Meiosperma. Como resultado, Monechma se sinonimiza dentro de Meiosperma.

La mayoría de las especies previamente clasificadas en Monechma sensu lato, se encuentran en el segundo linaje, que se reconoce como el género resucitado Pogonospermum.

Estos son solo dos de los tantos problemas taxonómicos que pueden presentarse en la nomenclatura científica.

Publicado el marzo 3, 2024 11:54 TARDE por marceloamores marceloamores | 0 comentarios | Deja un comentario

24 de junio de 2022

Páramos

Entre mis primeros recuerdos de la infancia, en el valle donde crecí, están el observar las montañas a mi alrededor y preguntarme como seria subir a ellas para ver el mundo desde ahi, en ese entonces mi concepto de mundo era solo el valle rodeado de montañas, más allá no existía nada.

Mi abuelo, un chagra, un vaquero de los Andes, y, sobre todo, hombre apasionado por la montaña me contaba historias relacionadas a la magia de esos lugares. Montado en su caballo solía subir para cuidar al ganado de la hacienda donde trabajaba, y al suyo propio, en su huasipungo, su pequeño pedazo de tierra.

Me describía el páramo y las montañas como lugares encantados, que escondían un gran tesoro desde hace centurias, hace centurias, a la vez que me advertía de una especie de mal adición que hacía cualquiera que se aventurara a las alturas, se vería inmediatamente atrapado, envuelto en una neblina tan espesa que se desorientara hasta el punto de perderse, sometido a la voluntad de la naturaleza.

Mi abuela, una gran conocedora de las tradiciones milenarias de los Andes, conocía la utilidad de todas las hierbas de la montaña y les daba un gran valor. Asimismo, se guiaba de fenómenos astronómicos como las fases de la luna para la gestion de la chacra, como la siembra, el labrado, la cosecha, o para los aspectos pecuarios como la reproducción de los animales, y más allá, la comunidad en general se basaba en los solsticios y equinoccios para esto.

Ayer fue solsticio de invierno, celebración del Inti Raymi, fiesta en honor al sol, a las cosechas. Hoy, 23 de junio se celebra desde hace muy poquito en Ecuador, el día de los Páramos.

En estos días, yo celebro a mis abuelos, que sembraron en mí el gusto por la naturaleza y en particular por estos ecosistemas de montaña llamados Páramos. Siempre que puedo trato de subir a buscar el tesoro o a ver el mundo desde allí, y cada vez quedo más maravillado por lo que voy descubriendo.

Muchas personas creen que el tesoro es el oro que enterraron nuestros antepasados, los Incas, incluso yo lo creía. Pero en realidad son todas sus formas de vida y lo únicas que son; es el agua que bebemos en las grandes capitales de estos lares, Quito, Bogotá, al agua que se bebe en mi pequeño pueblito, y que riega nuestros cultivos; el verdadero tesoro es lo que siento cada vez que estoy allí y pienso en todo lo que ese lugar me da, es contemplar la inmensidad desde allá arriba y admirar cada detalle.

La maldición resulta ser ese ambiente difícil, sobrecogedor, que hace que las condiciones sean tan cambiantes e impredecibles, eso es lo que ha mantenido este ecosistema alejado de los impactos humanos, aunque es notorio que en los últimos años han ganado terreno, directa e indirectamente.

Publicado el junio 24, 2022 03:14 MAÑANA por marceloamores marceloamores | 0 comentarios | Deja un comentario

02 de junio de 2022

Crecimiento

Desde que nací, he sido una persona cercana a la naturaleza de una u otra manera, pero siempre me hacía falta una manera de cristalizar esa conexión. Luego de haber buscado y explorado durante un largo tiempo entre algunas herramientas para conocer y compartir acerca de la biodiversidad que me rodea, a fines de julio de 2018 descubrí iNaturalist.

En ese momento la plataforma apenas estaba surgiendo, en Ecuador se habían registrado solamente 43k observaciones verificables aproximadamente y casi 50k observaciones totales (incluidas casuales, 12%), mientras que a nivel mundial rondaban las 11.6m de observaciones verificables, y un total de 13.7m de registros.

Ese día fotografié y compartí un par de plantas de las que no conocía su nombre, no obtuve una identificación pronto, como ahora.

A finales del año 2020, luego de hacer sobrevivido a la parte más difícil de la pandemia del COVID-19, volví a encontrarme con iNat, 55m de observaciones verificables a nivel mundial, 448k de las cuales, en Ecuador. Sali a fotografiar algunas plantas, compartí unas cuantas observaciones, recibí identificaciones al poco tiempo. Me encontré con una comunidad, muchas personas cercanas observando prolíficamente, identificando, comentando sobre biodiversidad, de manera prolífica, emocionante. Había descubierto lo que es la ciencia ciudadana.

Inmediatamente me puse a registrar todo lo que me rodeaba, a compartir imágenes realizadas con anterioridad, pérdidas durante meses y años, a la vez que recibía identificaciones, pocos días no podía parar.

Entre uno de mis objetivos para 2021 me propuse observar al menos un ser vivo en estado silvestre cada día, logre hacerlo. En el camino, a fines del mes de octubre de ese año, una de mis observaciones obtuvo el enlace de la observación 100m, aunque en realidad las observaciones verificables contaban 83.5m de observaciones verificables hasta ese momento, el número seguro representa un acumulado de registros que se han realizado, incluidos los casuales, menos aquellos que se hayan eliminado, en todo caso esos números eran la muestra de cómo había crecido la plataforma en ese último año.

Para 2022 repetí ese propósito, hasta el día que escribo esto, lo estoy cumpliendo, de hecho, a inicios de mayo alcance los 500 días, ahora mi objetico es llegar a 1000 días. Esa constancia me ha hecho conectarme a profundidad con mi entorno, ha reforzado mi vínculo emocional con él, me ha hecho mucho más feliz.

Mientras escribo esto, veo cómo se van agregando más observaciones en la plataforma. A este ritmo, en pocos minutos, la noche del hoy, primero de junio, día del niño, (o quizá los primeros minutos de mañana), alcanzaremos el primer millón de registros totales en mí lindo país, ¡vaya hito!

Aprovechando esto, quiero decir que considero crucial que esta nueva generación se conecte y empatice con su entorno natural, y es nuestro deber crear el ambiente necesario para que esto suceda. Y así aportar a destruir la base social del crimen organizado que también está ganando terreno en nuestro querido país, es la cara B que también he visto crecer paralela la plataforma.

Antes de terminar, debo mencionar que siempre me he sentido fascinado por la manera que el ser humano tiene de construir herramientas, como iNat, muchas gracias a aquellos Homo Sapiens que la construyen, a quienes la mantienen y a los que están haciendo de esta una plataforma cada vez más vibrante.

¡Me siento muy esperanzado por eso!

Finalmente, dejaré por aquí un par de mis últimas observaciones con video:

Publicado el junio 2, 2022 04:03 MAÑANA por marceloamores marceloamores | 2 observaciones | 0 comentarios | Deja un comentario

07 de mayo de 2022

500 días

Hace poco cumplí 500 días ininterrumpidos observando al menos un ser vivo en estado silvestre, esto me hace muy feliz. Durante cada uno de estos días, he aprendido mucho sobre la biodiversidad que me rodea.

Ha sido la primera vez que he sentido conectarme íntimamente con mi entorno, y haber podido documentarlo, en más de 10.000 observaciones, un promedio de algo así como 20 seres vivos diarios.

Estoy muy agradecido porque he recibido la ayuda de más de 550 personas para identificar estos organismos, y también he podido ayudar a otros naturalistas a identificar sus observaciones.

Ahora voy por 500 días más hasta llegar a 1000, espero ser capaz de lograrlo.

P. D. Aprovechando este primer post, dejaré por aquí el registro que hice de un ave que vi por primera en estos días que cumplí el streak y que aún no ha sido identificada, espero que alguien que la conozca pueda ayudarme.

https://www.inaturalist.org/observations/115585861

Publicado el mayo 7, 2022 01:07 MAÑANA por marceloamores marceloamores | 3 observaciones | 0 comentarios | Deja un comentario

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