22 de febrero de 2021

Observaciones para el Muro (1)

Era mi primer día de vuelta en Guatemala. Había entrado al anochecer a la costa sur después de un larguísimo viaje y me recibió el mejor ceviche del mundo: la bienvenida perfecta a El Paredón, Sipacate.
Amaneciendo bajo un sol fuerte, me encontré con un alacrancillo chiquitillo y un zompopo enorme en la arena justo al salir de mi carpa. El zompopo (Velvet Ant) era una que nunca había encontrado antes, y pasé unos minutos admirándola antes de perseguir al alacrán quien se escondía en las sombras que tiraba el sol en la arena, y no se dejaba fotografiar.
Entonces, salí en busca de un ave que solo había visto antes en ilustraciones de aves de Sudamérica, y siempre soñaba con verlo en realidad y justamente había aparecido la semana antes a unos pocos kilómetros de donde ahora me encontraba. Una rapaz diminuta, con colores opalescentes apropiadamente llamada en inglés Pearl Kite, que podría traducirse Milano Nacarino. No la encontré ese día, pero a lo largo de la travesía, tuve muchos encuentros emocionantes, alegres y tristes.
Fue ahora la época de la quema de los cañaverales, durante los meses más calientes del año al final de una larga sequía, y los mangles estaban sufriendo. Los niveles del agua en el estuario estaban bajos y la erosión de la agricultura provocó que los ríos se llenaran de cieno, inhibiendo el paso de nuestra lancha al cruzar rumbo a Sipacate. Pero, las aves playeras y las garzas corrían en las barras aprovechando que había poca agua y los peces y crustáceos estaban expuestos y fáciles de hallar. Incluso los zanates lo hacían de cangrejeros sin tener que mojarse los pies.
Llegando al embarcadero a las diez el sol ardía, y me quedaban unos kilómetros más de caminata, decidí descansar un rato en la tienda, un niño, curioso de mis binoculares se me acercó y nos pusimos a platicar de las aves, no conocía muchos, pero se aprendió muchos nombres muy rápido y le encantó ver las Urraca Copetona (White-throated Magpie-Jay) y las Chorchas que visitaban el jardín de la tienda. Se acercó también una pareja de Eufonias Matorraleras y empezaron a comerse las frutillas de un árbol del jardín, justo encima de nosotros, lo que emocionó tanto al niño que empezó a buscar que era lo que comían entre lo que caía al suelo.
Entonces, seguí camino, encontrándome luego con una pajarita del color de una joya de peridoto entre una bandada de Jaulines Pechirufos, la maravillosa Painted Bunting, su nombre en referencia al plumaje del macho, el Sietecolores. El color de esta pajarita es igual de distintiva que el plumaje del macho, ya que ninguna otra especie que conozca en el área posee semejante color.
Ni treinta metros más adelante, me detuvo un árbol lleno de flores, en el cual festejaban chorchas, colibríes y tangaras.
Cuándo al fin llegué al sitio donde se había observado el milanito, a la par de la Tienda Bátres, era ya mediodía, y de aves solamente ví un Gavilán Caminero y un sinfin de aves playeras almorzando entre las grandes extensiones de salineras que cubren esta localidad.
Mi sueño tendría que esperar para otro día, pero entre todos mis encuentros iba tomando notas y bosquejos para el gran proyecto que planeaba, una obra de arte pública para el pueblo del Paredon-Buena Vista.

Publicado el febrero 22, 2021 12:39 MAÑANA por sunshinesaqimax sunshinesaqimax | 16 observaciones | 0 comentarios | Deja un comentario

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